Potomitan

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Annou voyé kreyòl douvan douvan

Lugar de mi nacimiento

a Claudel y a Clarel

«Odio la opresión con un odio profundo.»
(Victor Hugo)

Saint-John Kauss

Hispaniola

Carte d'Hispaniola de Jodocus Hondius, Atlante Mercator/Hondius, 1580. Source

una lágrima entre dos flores salvajes desnudando las tormentas / la cosecha de las tierras cultivadas           la pasión de las manos aplicadas al campo de cañas

apenas una lágrima entre dos ríos
Artibonite y el Guayamuco
simples trazados de esclavos en el bendito tiempo de las colonias

amo esta tierra por el hambre y las golosinas de niño
compartidas en el cuidado de nuestos miembros
amo esta tierra por su nombre inscrito en la piedra rajada de las libertades
amo esta tierra por el olor del mijo de la cosecha esperada
amo esta tierra por las playas la arena el agua de los amados al solsticio de nuestros abrazos
amo esta tierra por las libélulas y los crisantemos en el estrave de nuestra infancia
amo esta tierra por los ríos los manantiales las montañas atentas a nuestros amores
amo esta tierra por los efluvios las desembocaduras proyectadas en la cruz de los caminos
amo esta tierra por el tambor y los iniciados que danzan en lo alto del placer
amo esta tierra por la sal tomada del mar y de nuestros sueños por los mastines domesticados
las mariposas de la fiesta de San Juan
los barriletes de cuaresmas
la linde inesperada de las intenciones y los dolores
por la sonrisa liberada de la ciudad sin almenas
amo esta tierra por las palabras de los poetas en playas adormecidas
amo esta tierra por el paso de los escolares desengañados antes de entrar
amo esta tierra por las muchachas de sonrisas medio borradas
amo esta tierra sobre todo cuando se juega a las tabas con la esperanza de recuperar el tiempo y los toldos

amo esta tiera que

ni el mar a la llegada de los colonos en sollozos
ni la tierra caliente tras la máscara de añil
ni el colibrí inscrito al dorso de la perdiz
ni el polvo ni la arena ni los apátridas
ni el sol en bandolera
ni la dolorosa liberación de la mujer que muere en sus aguas
y en la infancia
ni los ecos de la miseria
ni la savia bruta de las memorias
podrían arrancar al mismo corazón de los mariscos

 

vírgenes de las islas heridas / maduradas en la loca alameda y entre los totems se escapan rosas gigantes risas y amantes enfriados donde gimen las fuentes de la memoria / meiosis de las horas inanimadas

 

ahí estás con gestos borrosos de las memorias ahí estás
y te saludo entre el ojo y el dedo
que desde esta noche marca el instante indefinido
la nueva área en el cuello de los ríos de las gemas
de las cercetas

yo sé sé que el peso de los callejones es un esguince en tu carne que el espacio del ruido y de los rumores acontecidos es una ofensa a la libertad de los tules y de los borrachos

pero ahí estás calva al pie del tiempo presente
que lluvias de tormenta con medias palabras multiplican las algas
con los brazos cargados de sortilegios en caminos que no acaban más de envejecer

tan vasto fue tu grito de perfil aquilino      el pliegue de la tierra al cordaje de los pájaros
funámbulo fue el poeta / el profeta / el peso de los veleros
esparcidos entre las orillas
en algún lugar una luna estrangulada mide los restos de marejada y junta dos espinillas                            la sonrisa del amado que huye al viento

un resto tal como eres hoy en la indiferencia de los olmos /
lóbulos de la mitosis mecida con plasmas pesados hacia
el párpado irreductible y para el futuro de los locos contemplados en la cerca verde

un resto en el golpe de látigo del maíz plantado al mástil de las remembranzas
elementales                  de todo lo sembrado al borde de los calores íntimos en la ternura y en la alegría de los brazos de un país conquistado al palacio de las golondrinas

bosque de olmos / bosque de cedros y de sauces sin ninguna sílaba
involuntaria a su corteza que junta como una correa corrompida
el verano / la primavera / el otoño y el invierno de las fosas comunes

bosques de robles / bosques de fresnos y el cerezo silvestre y el abedul y el caoba
que hablan de la mujer comunitaria                que hacen soñar
al hombre con savia y con libertad

escribo bajo estos bosques antes de amar
después del amor con las palabras en archipiélagos
de todos los días

escribo para ser leído por mi hermano desconocido
que allá vive en la miseria y en el trabajo
escribo para que mi país parezca un cuento de hadas
hecho de historias para los niños y la gente que tiene hambre
escribo para ser oído por la masa y la calle
sin el prejuicio de algunos y sin arrepentimientos
escribo para decir las cosas con las palabras de todos los días
una flor en la mano y una rosa entre dos dedos
escribo para aliviar el exilio y tantos años a observar
y a escribir su vida
escribo para decir el fin de mi historia
de mi amor por ELLA y por mis bellas hijas
escribo para aquellos que no tienen voz
que no saben escribir las palabras con ternura
escribo para rever mis torpezas de niño
de adolescente desnudo en las calles y en el lecho de los ríos
escribo para decir y denunciar las noches de mi nacimiento
para hablar a mi único hijo de LIBERTAD sin condiciones

escribo por la paz aun si es barata
contra los genocidios de los pueblos tristes de tedio
escribo para los exiliados incorregibles para los mercaderes de sueños
y para los hombres de buena voluntad
escribo por las humillaciones y las derrotas a que asistieron
nuestras madres
escribo para los asilados en remisión para los mercaderes de rosas
y para los poetas abismados en sus sueños
escribo contra ese largo medio-luto de los opimidos
por esta tierra para compartir y la arena desnuda de la amistad
escribo contra ese largo calendario de guerra del Pentágono
que sólo traerá duelos y el desespero de las flores
escribo por la libertad de los pueblos y el reparto de los domingos
y de nuestros panes
escribo por el placer y el amor de las palabras
sea el idioma de mis orígenes

interrogar el tiempo asignado que pasa y el pájaro que danza ciego
sin tomar cuidado

 

Oh tierra sin edad
tierra de arcilla y de nácar en busca
de un destino feliz

reivindico el llamado de las grandes rutas / de las pistas de arenas con el poderío de los jeroglíficos
aplaudo el poema del encanto de las mujeres amadas
de la inquietud de las muchachas atentas al dolor del amigo y del amado
de la felicidad de ser dos a cargar el peso de la prolongación de la vida y de la infancia
aprecio ese poema en medio de una página de mis conquistas

si no fuera el gesto único del ciego en su sueño íntimo de ese poema arbitrario que define la nomenclatura de las fecundaciones del amor alquilado en las subastas y bajo los faroles

si no fuera mi desgarrón de hombre presente en los muelles      en mi soledad y en el fracaso irreprochable de mi corazón que toca la matraca
si no fuera la tierra /  su cosecha la novia y sus besos que parten en guerra contra el fugitivo agresivo

Oh fuente navegante ideal para la orgía de la mantis y de una estrella
no hay ninguna floresta /  ningún habitante / ninguna vestal que ignore el alfabeto de las grandes rutas del viento

 

será esa palabra en la agitación de mi locura / juramentos de mis deseos de fascinar a la rosa y sus corolas de espinos blancos   de cercar a la vida en su marcha de escolar
será una palabra en la agitación de mi infancia tan solitaria que ninguna mujer /ninguna página la incendiará aunque sólo fuera una vez en la sombra categórica / minoritaria

así van las islas que se te parecen y que se suman a la Tierra
así todas nuestras islas unidas en su miseria
que responderá más allá de las heridas de la epopeya de la arena y de la piedra
velas al viento en estos lugres de memoria / de mi nacimiento tan afortunado de historias y de rumores masivos

Oh tú / tierra florestal / que ya no sabes negociar las estaciones   que ya no lees cartas ni poemas de los arroyos y los ríos alabados

Oh tierra soberana que habrían soñado mil pintores en majestad
que levantaste los celos de flores amigas y de todas las ciudades

escribo para ser leído por mi hermana la única amada
que allá vive en plena cintura de los dioses peregrinos
escribo para decir las verdades de la campánula
escribo para la eclosión de los rosales y los caprichos de la margarita
escribo para la libélula obsesionada por el peso del silene
por los desfiles del campo-de-marte en carnaval
escribo para gritar LIBERTAD al vuelo del milano
y para el perfume de los amantes recostados en signos de compasión
escribo para la abundancia de la hierba mojada
y para el rocío de la mañana en los estanques del abadejo
escribo por la belleza breve del saúco
por la involución de la viña y del rudo abedul
escribo por la libertad del hombre en su carne
por la ebriedad del colibrí y por la vigilancia de las vírgenes
escribo por las vacaciones soleadas los pajarillos domesticados
por lo jóvenes casados al borde de los alhelíes
escribo por los Incas asesinados por los taínos despedazados
como afiches abandonados

escribo por este país que no reconozco en absoluto
país de rumores y de cambios bruscos de humor
escribo por la implosión de las flores y la evolución de las cigarras
escribo por la paz de los vivos y por la tranquilidad de los muertos
escribo por la seguridad de la isla entre dos latidos del corazón
escribo por ese país de las gavanzas y el canto de los alerces
escribo para que el gallo cante en cada mano maravillada
por la felicidad de las pasiones y la sonrisa apagada del océano
escribo por la latitud de las melancolías extraviadas
por la alianza de los corazones sin omisión alguna
escribo para gritar LIBERTAD del indio y del negro
bajo el humo de las islas y a cada paso de los conquistadores

por el balanceo de la mariposa
y por la tristeza del ventisquero
por el don profundo de la planta curativa
y por la contraseña del guardia
por la ambivalencia de la anémona
y por el canto sagrado de las flores de acerico

digo el empuje de la sangre al desprecio del amor
hasta el límite del deseo y de los amantes felices
digo el domesticar el dolor de amar
hasta el desenlace de la fábula final si todo debe ser recomenzado
digo la limosna en la felicidad de amar
hasta la prolongación de mis primeras huellas
digo la esperanza en el poema a ser amado
hasta la germinación de la página altiva
digo la alabanza del poeta a ser leído
hasta la promesa del verbo amar para conjugar
digo la errancia en tu belleza real – Oh mujer
hasta el éxtasis de tu mirada tan ilegible
digo las primeras quejas del niño que fui
hasta la humillación en el pisar flores y sortilegios
digo el hambre la libertad en mi calendario de ausencia de los grandes caminos
hasta la mañana de las ciudades y los callejones para recorrer
digo el reparto de las aguas y de la cosecha liberada
hasta el cumplimiento y el itinerario de las primeras vigilias
digo el cantar de los cantares del alivo y de las amistades formales
hasta el levantar de las velas y de las citas para solicitar

por qué no conté hasta la última canción
hasta el primer poema leído en la ciudad de los corazones
el peso de las estaciones y la locura de los hombres
de este país y de esta isla de grandes nubes
que no para de beber a sorbos lentos las salpicaduras saladas de lo cotidiano

velas desplegadas y más lejos en tu viaje y en tu huida
tu gran necesidad de libertad
en medio de mis conquistas
en medio de mis confesiones
de haber manipulado las olas y el destello
de alto mar

más lejos de mis desengaños
la mujer rebelde y olvidada
en toda su belleza

 

Jardín Botánico de Montreal, vernao 2005

Traducción de A.F.

Poème originel: Lieu de ma naissance

 Viré monté